MIRKOZUIN

Conócenos

Una familia de zapateros con sueños y mucha esperanza.


Nuestro sueño empezó de niños. Sumergidos en un ambiente de artesanos, pieles y diseños italianos que se convertían  en la sonrisa de una persona emocionada cuando se probaban los zapatos que fabricaba mi padre.

Somos 3 hermanos continuando con  el legado de nuestro padre: el amor por los zapatos.

Venimos de una familia de abuelo y padre zapateros, que con mucha ilusión crearon Mirkozuin: unas tiendas hechas para crecer nosotros como personas.

Ya son 33 años aprendiendo de todas las personas que pudimos conocer en nuestras tiendas de Monóvar y Ontinyent desde el primer día.
Millones de anécdotas y satisfacciones que superaron nuestras expectativas.

Nuestro mayor valor es resolver cualquier  inconveniente y aprender de él.



Soy Salvador, un soñador que ama su trabajo.


Siempre he sido una buena persona, con muchas ganas de cambiar el mundo,  aunque fui muy mal estudiante.

La historia de Mirkozuin empezó con mi abuelo quien fue zapatero artesano y mi padre fue el siguiente zapatero en la familia fabricando zapatos ya de modo industrial.

Mi pasión por el mundo de los zapatos fue muy precoz. Cuando tenía 6 años  todos los días  llevaba a mi padre el bocadillo a su fábrica, pues me venía de paso camino al colegio.

Entrar a la fábrica era entrar en un mundo mágico, ver cómo los zapateros convertían poco a poco todas las piezas en un perfecto zapato que luego me imaginaba llevaría la chica más hermosa del mundo.

Sentía una  gran admiración por todos los trabajadores, porque eran creadores de magia, de alegría, de belleza, todo lo contrario del mal.

Más adelante mi padre empezó a vender muestras de zapatos en un local donde trabajaba mi madre y otras mujeres repuntando los zapatos.


Al salir del colegio iba allí a merendar, y sin pensar me puse a atender a las clientas que venían a comprar.


Era como un juego acompañarlas en el proceso de compra y poco a poco fui descubriendo lo agradecidas que son cuando les ayudas de verdad. Era increíble ver su sonrisa con la que premiaban mi  dedicación.


Me sentía muy feliz.

Montamos nuestra primera tienda en Ontinyent en el año 1992.

Fue muy difícil llegar a una ciudad que no era la mía, donde nadie me conocía y debía empezar desde cero.

Costó trabajo realizar las primeras  ventas, darme a conocer y demostrarle a las personas que no vendía solo zapatos, que quería mejorar sus vidas con  un producto de calidad. 

Con el paso del tiempo fue muy chulo ver que la gente empezó a ser fiel a mi modo  de vender y  empezaron a gustar mucho mis zapatos.

Ha sido un largo camino en el que me he desarrollado personal y profesionalmente, ayudando a las personas a caminar en su día a día.

Disfruto muchísimo pudiendo dar felicidad a mis clientes, conocer al detalle lo que necesitan y mejorar su experiencia de compra todo lo posible.

Y bueno, soy un soñador que me encantaría conocerte, atenderte en nuestras tiendas y  participar en tu vida mejorando tus pisadas.¡Bienvenida!


¿Mirkozuin? Un nombre extraño, la verdad.

Así se llama el diseñador italiano que realizaba diseños para la fábrica de mi padre cuando empezó.

Mirko hacía la colección y mi padre se encargaba de venderlas en la tienda. A mi padre le hacía mucha ilusión llevar el nombre de aquel artista en su tienda, y aunque sabemos que es difícil de pronunciar, queremos que nos recuerdes por el increíble servicio que prestamos.

En nuestras tiendas nunca vendemos un zapato sin sentido. Sabemos que necesitas un zapato para cada momento de tu vida y nosotros hacemos todo lo posible para asesorarte y que tengas una gran experiencia.

Queremos ofrecerte un calzado para verte espectacular en cualquier ocasión y que siempre tengas las mejores opciones para que tus hijos y toda tu familia esté cómoda y muy bien presentada.